La gran mayoría de los donantes, no tienen ningún tipo de reacción adversa.
Si bien algunas personas pueden sentir mareos, éstos están relacionados con aspectos emotivos y no físicos.
De todos modos luego de terminada la extracción de sangre, el donante descansa unos minutos,
hasta asegurarnos de que se siente bien, luego de lo cual se le brinda un refrigerio.